Jesús Rojas | Madrid |
Hablamos de la actualidad del sector vinícola con el viticultor y bodeguero Luis Alberto Lecea, al frente de Bodegas Lecea. Lo hacemos unos días después de que ACEVIN les haya reconocido su labor en cuanto a la “Protección y Puesta en Valor del Patrimonio”.

No es la primera vez que se reconoce la labor de Bodegas Lecea. En 2016 recogisteis el premio a la “Mejor Experiencia Enoturística”. ¿Cómo sientan estos galardones?

Para nosotros es muy importante que una entidad como Rutas del Vino de España, pudiendo elegir entre tantas bodegas que hay repartidas por todo el país, nos hayan entregado dos premios a nosotros. Estos reconocimientos te animan a seguir trabajando y vienen a reconocer el gran esfuerzo que hacemos siendo una bodega familiar.  Sin duda, ayudan a que la gente nos identifique hoy en día como un referente dentro del enoturismo.

Y no solo dentro del enoturismo. En 2018 fueron los característicos calados del siglo XVI los que consiguieron seducir al jurado de los Premios Best para que os hicieran entrega del premio en la categoría de “Arquitectura”.

Tiene más mérito aún porque se trata de una arquitectura sin arquitecto (risas). Nosotros somos una bodega con aproximadamente 500 años de historia en la que nunca se ha dejado de elaborar vino, y lo que hicimos fue rehabilitarla para que hoy en día se pueda comercializar ese vino y para que la gente pueda venir a conocer, entre otras muchas cosas, cómo se hacía el vino en el siglo XVI. Todo eso, aprovechando todos los avances tecnológicos que se han hecho en los últimos años. Y es que muchas veces cuando hablamos de innovación, de lo que hablamos realmente es de recuperar nuestra historia y lo que hacían nuestros antepasados.

Y precisamente esto es lo que os llevó, hace 12 años, a recuperar la Fiesta del Pisado de la Uva. La de este año, en formato online, ha debido ser un tanto particular. Supongo que las calles del barrio de las Cuevas de San Asensio habrán echado de menos a las multitudes.

Exactamente, esto tiene mucho que ver con nuestra historia y con la recuperación del patrimonio. En su momento quisimos rescatar esta tradición porque queríamos recordar aquello que hacíamos cuando éramos niños. Y es verdad que en este tiempo han sido muchos los que se han querido acercar a conocerlo, algunos años han llegado a reunirse más de 3.000 personas en nuestras calles. No obstante, este año también ha tenido su encanto al hacerlo en formato privado, eso te permite relajarte un poco más en un ambiente más íntimo. Pero, claro, hemos echado mucho de menos a toda esa gente que nos acompaña en cada edición.

Me imagino que la crisis sanitaria provocada por la pandemia también habrá afectado a otras actividades de la bodega.

El golpe ha sido fuerte, incluso para nosotros, que estamos más que acostumbrados a ir adaptándonos al momento. Ten en cuenta que somos agricultores y cuando comenzamos con esta actividad nos dedicábamos exclusivamente a la elaboración, vendiendo vino a granel. Más tarde fuimos comercializadores, además de productores. Y ahora, nuestras ventas dependen, principalmente, del turismo. No te lo voy a negar, va a ser muy difícil mantener una bodega como la nuestra cuando no hay turismo. Y, aunque es cierto que las ventas online han aumentado, eso no suple todo lo demás.

Supongo que una situación como la que estamos viviendo siempre es mejor verla “desde la barrera” que teniendo que asumir el mando. Te lo comento porque entre 2013 y 2015 ocupaste el puesto de Presidente de la DOCa Rioja.

Los toros se ven mejor desde la barrera, pero al torero le gusta torear. Con eso creo que ya te he respondido. A los que tenemos ese espíritu de lucha nos gusta torear, aunque está claro que es más cómodo verlo desde donde estoy ahora.

Además, fuiste pionero en eso de que un agricultor pudiese ser elegido presidente…

Sí, de hecho era la primera vez que ocurría. Nadie se imaginaba entonces que esa situación pudiera darse, pero yo siempre he pensado que había que quitarse los complejos. ¿Quiénes mejor que los agricultores para ocupar un puesto así? Nunca hay que tener miedo a que alguien maneje lo suyo.  Lo importante es tener las ideas claras y pensar en los intereses de todos, es la única manera de que el sistema funcione. Solo espero que se sigan alternando bodegas y agricultores en los próximos años, que no se rompa esa tendencia.