Jesús Rojas | Madrid |
¿El motivo? Asegurar el futuro y la biodiversidad de su patrimonio vitícola. Puesta en Cruz, Gajo Arroba, Negro Saurí, Cenicienta, Estaladiña y Tinto Jeromo son seis de las catorce que la investigación ha considerado idóneas para el cultivo y desarrollo en la Comunidad por sus aptitudes enológicas y agronómicas, además de su capacidad de adaptación al cambio climático en sus lugares de procedencia.
Es mucha la expectación que están despertando estas seis variedades ancestrales recuperadas de la extinción en distintos puntos de Castilla y León por el ITACYL, que lleva desde los 90 inmerso en un trabajo de investigación que permita recuperar y seleccionar los mejores clones de variedades locales que puedan adaptarse al viñedo de la Comunidad y proporcionen un patrimonio resistente al cambio climático, complementario con el de otras variedades ya instaladas en el campo de Castilla y León y capaces de aportar valor a sus zonas de origen.
Estas variedades forman parte de una colección más amplia que llega hasta las catorce castas y lo que todas tienen en común son sus buenas aptitudes enológicas o agronómicas: Áurea, Bastardillo Chico (Merenzao), Bruñal, Cenicienta, Estaladiña, Gajo Arroba, Mandón (Garró), Negreda, Negro Saurí (Merenzao), Puesta en Cruz (Rabigato), Puesto Mayor, Rufete Serrano Blanco, Tinto Jeromo y Verdejo Colorao. Algunas de ellas ya están reconocidas oficialmente como variedades comerciales y otras están en proceso de evaluación por la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV).
Cata a distancia
Hace unos días se reunían, cada uno sentado frente a su ordenador, más de 70 profesionales del sector para asistir a una singular cata impartida por los Masters of Wine Almudena Alberca, Pedro Ballesteros y Sarah Jane Evans. El evento, que estuvo conducido por el cofundador y director de Alma Vinos Únicos, Paco Berciano, también contó con la participación de Alberto Martín Baz, enólogo de Estación Enológica de Rueda, y de varios investigadores del ITACYL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León): José Antonio Rubio Cano, Enrique Barajas Tola y Sergio Vélez Martín.
Para seleccionar las seis variedades de la cata todos los participantes estuvieron trabajando en equipo, catando y valorando los aromas, sabores y cualidades organolépticas de diversas variedades, lo que les llevó a escoger una muestra representativa por su singularidad, que se puso a disposición del público profesional que quiso conectarse desde distintos puntos de toda España (sumilleres, personal de distribuidoras, prensa especializada, etc.).
El investigador José Antonio Rubio quiso señalar que «aunque este conjunto de variedades se ha localizado en diferentes zonas vitivinícolas y son muy diferentes entre sí, tienen algunos aspectos comunes que las hacen destacar y aumentar su interés ante escenarios de vendimias más adelantadas y veranos muy calurosos», a lo que más tarde añadió: «Se trata de variedades que alcanzan una acidez muy apreciable, y muchas de ellas mantienen una maduración tardía, lo que las hace especialmente valiosas e interesantes. Además de conservar la acidez, incluso con periodos de maduración calurosos, en los vinos han destacado matices muy distintos y novedosos tanto en nariz como en boca. Por tanto, se trata de la aparición de un grupo de variedades que aportarán frescura y novedad en el panorama vitivinícola español y ofrecen nuevas características a los consumidores».