Lucía Puente Rodríguez | 21 de julio de 2016

Una de las regiones más bellas de toda Europa, situada en el corazón francés, el Valle del Loira es un lugar magnifico para los enoturistas. Aparte de esta en un escenario privilegiado entre ríos y castillos, es una de las regiones vitivinícolas más importantes de Francia. Se extiende desde la localidad de Sancerre hasta el Océano Atlántico y cuenta con numerosas denominaciones de origen. Sin lugar a dudas, se trata de un lugar perfecto para los que buscan desconectar de la rutina y el bullicio en la ciudad.

El destino es fascinante por los pueblos y ciudades que engloba, además del río y los castillos que son uno de sus mayores atractivos turísticos. De hecho esta región fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de un lugar ideal para los que disfruten de la cultura, la naturaleza, la gastronomía, pero por supuesto, de un buen vino. La variedad gustativa que posee que asombrosa, tanto que será difícil decantarse por vino blanco seco, dulce, semidulce, rosado, tintos, afrutados, espumosos… Todos ellos de una altísima calidad.

Son cuatro grandes zonas viticulturas en las que está dividido el Valle del Loira: la región más próxima a la brisa del atlántico conocida como Pays Nantais, metiéndonos un poco más hacia el interior se encuentran Anjou-Saumur, Touraine y, por último, la bella región del Alto Loira. En las diferentes tierras de estas cuatro regiones existen numerosos atractivos turísticos y unos vinos excelentes de los que disfrutar. Aunque debido a su vasta extensión es recomendable centrarse en alguna de un par de ellas como mucho para disfrutar de todo lo que ofrecen.

Al tiempo que disfrutas de vinos exquisitos y paisajes pintorescos podrás estar en contacto con la cima de la gastronomía europea. Es evidente, que de una forma u otra, el Valle del Loira es una región que solo admite los paladares más selectos que quieren sorprender a sus papilas gustativas. Todo ello combinado el típico paseo en bici por la zona que no puede faltar por los castillos, jardines, abadías o cuevas trogloditas existentes en este recorrido.

Igualmente, las visitas por los viñedos no pueden faltar si al final te decides a conocer este maravilloso destino. Para los que estén más interesados en degustar vinos blancos de cultivación ecológica el pequeño Domaine des Loges de la Folie será muy buena opción. Aunque independientemente de las preferencias vitivinícolas, no se debe abandonar la región sin haber probado el Reuilly, el Sancerre, el Chinon o el Anjou. Para realizar catas de extraordinaria calidad y novedad las Maisons du Vins son lugar de paso obligatorio.

Como antes ya anunciábamos, en esta región se encuentran numerosos castillos que le aportan identidad y cultura al Valle del Loira. Así que, ¿qué mejor idea que combinar una visita por estos antiguos castillos al tiempo que se degustan distintos tipos de vino, todos ellos típicos de la zona? Uno de los castillos que realiza esta actividad es el de Chenonceau, que junto a la bodega de Dômes ofrece vinos rosados, blancos y tintos. No cabe duda de que este enoturismo sibarita no podrá dejar a ningún amante del vino indiferente.

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