Director de Enoturismo 360
Los viticultores ya han empezado con su vendimia y será el momento de recoger el fruto del cuidado y esmero dedicado a la vid durante todo un año. A la vez, que este mes de veraneo para muchos convierte el turismo rural a través del enoturismo en una apuesta más.
Los miembros de la Sectorial Vitivinícola Provincial de la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) Ciudad Real se reunieron hace unos días en Tomelloso y señalaron que el sector debe seguir apostando por la calidad, y que ésta sea reconocida a la hora del pago de las uvas por bodegas y cooperativas.
En ese sentido, advirtieron sobre las graves dificultades de viabilidad económica que tendrá a corto plazo el viñedo de secano sino se valora y se discrimina positivamente a la uva por sus características y calidad.
Sobre el aspecto de la calidad son las principales instituciones relacionadas con ella como son las Indicaciones Geográficas Protegidas y las Denominaciones de Origen las que deben velar por ella. Estos organismos deben ser los que más atentos se encuentren para que el sector cumpla con las exigencias que se piden en las normas sobre calidad.
Durante la Sectorial también se analizó la próxima campaña de vendimia, señalando que la producción sufrirá mermas debido a fenómenos meteorológicos como las tormentas localizadas de granizo y la sequía, ya que la viña de secano está padeciendo un notable estrés hídrico.
Todo esto hace pensar en una campaña que no va a ser nada fácil. Rendimientos bajos y precios muy ajustados en los que no tendría que primar la cantidad o lo kilos uva sino empezar a discriminar la uva y para que va a ser utilizada. No es lo mismo una uva que va a ser utilizada para elaborar vinos que aquella que será utilizada para alcoholes vínicos.
Esto parece que en esta zona sigue sin estar demasiado claro y todos los años hay que recordarlo. No es que se mejore mucho la situación en otras zonas de España, pero parece estar mucho más establecido cuales son los rendimientos, las variedades y los precios de la uva para poder elaborar diferentes productos.
Y además de todo esto, llega un momento que no se explota nada y que puede ser muy interesante para el enoturismo, la vendimia. ¿Qué supone, en términos de gastos, a una bodega delimitar un espacio de unas cepas, 15 o 20 y dejarlas para poder explotar como muestra de enoturismo y dejar que sean los visitantes las que cojan sus uvas y las pisen y saquen el mosto y vean la elaboración del vino en sus primeros momentos? A lo mejor los gastos se convierten en más beneficios.
En este sector del vino, la inversión en comunicación y marketing se sigue considerando como un gasto y no como una inversión. Se invierte en maquinaria, se invierte en instalaciones, se invierte en muchas cosas, pero se “gasta” en comunicación y marketing. Error, no se “gasta”, también se invierte. Mientras no se vea así, seguimos un paso por detrás con respecto a otras zonas y otros países.