Jesús Rojas | Madrid |
A menos de dos meses de que se celebre la segunda edición de FINE, la Feria Internacional de Enoturismo organizada por Feria de Valladolid, tenemos un breve encuentro con su Project Leader, Silvia Martínez, sobre lo que nos deparará este evento que ya tuvo una excelente acogida en 2019.
La nueva edición de FINE, una plataforma de negocio para el sector enoturístico, tendrá lugar los días 9 y 10 de junio en Valladolid.
Antes de nada, cabe recordar que en 2019 FINE celebraba su primera edición en medio de un montón de expectación al ser la primera feria en torno al enoturismo que se celebraba en nuestro país. ¿Cómo se vivió desde dentro? ¿Se superaron las expectativas?
Fue una experiencia magnífica, y así nos lo trasladaron los participantes, en la que quedó patente la pujanza del enoturismo, su papel como dinamizador de territorios rurales, de divulgación de historia y cultura y su capacidad para ser una referencia a la hora de posicionarnos como destino en mercados internacionales. Somos ambiciosos en las expectativas y siempre vamos a buscar la excelencia. Sin duda, las cifras y la valoración de la primera edición fueron muy buenas, con un centenar de bodegas, rutas y territorios, más de un millar de visitantes profesionales, 70 compradores y agencias que operan en más de una veintena de países y una agenda de trabajo que arrancó con 1.400 entrevistas concertadas. Es un placer que FINE contribuya al desarrollo de nuestro enoturismo.
Desde luego, los números hablan por sí solos. No obstante, damos por hecho que la de este año será muy diferente a aquella primera edición. ¿Qué va a ser lo que más va a echar en falta el visitante este año? También habrá novedades…
Las limitaciones a la movilidad internacional posiblemente nos afecten y en los casos en que sea imposible la presencialidad optaremos por el formato online, pero FINE es un evento presencial con un número de participantes reducido -hablamos de un millar de asistentes-, en un recinto con todas las medidas de seguridad sanitaria, con test de antígenos para los asistentes y pruebas PCR en origen para los compradores internacionales, con sistemas de renovación del aire, etc. Entre las novedades de esta edición contamos con bodegas como la italiana Andrea da Ponte, el municipio portugués São João da Pesqueira o las rutas del vino del Cerrato Palentino y Madrid, por citar cuatro ejemplos.
Otra novedad es que contáis con el apoyo de Turespaña para impulsar el desarrollo de la oferta a nivel internacional. ¿Cómo surgió este acuerdo de colaboración?
Esta colaboración es muy importante para nosotros porque será fundamental para la proyección internacional de FINE y desde el primer momento hemos incidido en la vocación internacional de la feria porque estamos convencidos de que nuestro enoturismo es un recurso inigualable para hacer de España un destino de referencia en los mercados internacionales. El apoyo de Turespaña a través de sus 33 consejerías de turismo internacionales y el apoyo en la participación de touroperadores y periodistas en FINE va a tener gran relevancia a la hora de posicionarnos como referencia para los profesionales del enoturismo internacional.
También ha debido de ser complicado de gestionar un evento de estas características desde la organización en este año tan particular, aunque vemos que finalmente todo parece ir según lo previsto. ¿Cómo habéis conseguido sacarlo adelante con tantas limitaciones?
Son tiempos difíciles para todos y las ferias somos uno de los sectores claramente damnificados por la pandemia. Pero hemos seguido trabajando para que la segunda edición de FINE sea una realidad. Hemos cambiado las fechas -estaba prevista para el pasado mes de febrero- y la respuesta de las bodegas y territorios ha sido positiva, creo que todos estamos deseando recuperar la actividad y FINE es la oportunidad de arrancar una nueva temporada enoturística.