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Fernando Valmaseda


DIRECTOR GENERAL DEL GRUPO RV EDIPRESS (Grupo de Comunicación Integral especializado en Turismo, Ocio y Gastronomía)
 

Hace poco leía el dato que publicaba un importante medio de comunicación en el que se decía que el 90% de la actividad enoturística en España está concentrado en el 1% de las bodegas

que se diseminan por los diferentes territorios vitivinícolas que tenemos y que vertebran un país que cuenta, además, con un presunto Club de Producto que aglutina las diferentes Rutas del Vino sin saber muy bien la estrategia que debe seguir, hacia dónde debe dirigir sus esfuerzos y a quién hacer caso a la hora de diseñar un plan de actuación coherente, profesional y ejecutable por manos expertas y cualificadas que, desde luego, las tenemos y están deseando aportar, trabajar, ilusionarse y poner en valor su conocimiento para lograr que nuestro enoturismo sea un referente en el que mirarse, del que aprender y con el que crecer.

Unos mecanismos, un conocimiento y una forma de hacer las cosas que logre que en todos los territorios se trabaje juntos

Pero es más fácil destruir que construir, más inteligente criticar a los demás que ponerse a trabajar uno mismo, más divertido señalar con el dedo en lugar de aportar y remar… más cobarde, desde luego, esconderse en el grupo para no poner al descubierto las propias carencias, que dejarse aconsejar, ayudar, apoyar y defender el trabajo bien hecho y los resultados frente a los intereses partidistas de unos pocos que mueven la masa y a los que, como borregos, debido a la falta de formación, conocimiento, ganas y experiencia, les siguen muchos…

 

Seguía leyendo y me sorprendía, todavía más, los datos que publicaba, todos ellos contrastados, y que dejaban entrever cómo un segmento en auge como es el denominado Turismo del Vino en nuestro querido país no ha sido capaz, aún, de haber implantado en el sector, en este amplio sector en el que trabajan tantos profesionales, tantas empresas, las instituciones locales y centrales, las asociaciones, las CCAA e infinidad de subsectores vinculados al enoturismo, unos mecanismos, un conocimiento y una forma de hacer las cosas que logre, de una vez por todas, que en todos los territorios se trabaje todos juntos, con un mismo objetivo, priorizando la calidad, el desarrollo, la innovación, el compromiso de los agentes implicados, la comercialización, el firme apoyo de empresarios e instituciones, la inversión, la cualificación, la profesionalización y la formación por encima de intereses partidistas y egoístas, de egos, de luchas fratricidas, de estrategias políticas o de réditos personales que, en la mayoría de las ocasiones, son la antítesis de la apuesta por extraordinarios profesionales capaces de ayudar, con su conocimiento, a diseñar y desarrollar proyectos coherentes que, precisamente, y una vez consolidados, alimentarían todo lo anterior… pero bien hecho y, sobre todo, con una garantía de futuro y continuidad.

 

Foto: Miguel Ángel Muñoz

Foto: Miguel Ángel Muñoz / RV Edipress

Todo ello, además, permitiría que el enoturismo en España tuviera una distribución mucho más homogénea, que los territorios vinculados a dicha forma de viajar y de conocer un país desarrollaran un producto sólido, que en muchas comarcas ya está maduro, y que, desde luego, existiera retroalimentación en el aprendizaje entre ellas, en el desarrollo de productos conjuntos, en estrategias de promoción comunes y en la colaboración estratégica a la hora de abordar la comercialización, tanto nacional como internacional.

Los responsables deben apostar por profesionales, para que inviertan en ser los mejores de la mano de los mejores

¿Un sueño imposible…? ¿Una quimera? No!!!!!!!!!!! Muchas empresas y empresarios han hecho los deberes, muchas instituciones han desarrollado e invertido dinero y esfuerzo en crear producto, en potenciar la comarca, en comunicar lo que hacen, en poner en valor sus recursos y en trabajar, a medio-largo plazo, desarrollando estructuras sólidas con grandes profesionales, siempre con miras más allá de los intereses políticos, que han logrado demostrar al sector que con humildad, trabajo, esfuerzo y dedicación se puede lograr estar a la vanguardia de la evolución, pero al mismo tiempo, dar respuesta a las necesidades, anhelos y preocupaciones de los diferentes agentes involucrados en el enoturismo y en cada territorio y, lo que es más importante, atender y responder a las necesidades del cliente… del viajero… del protagonista, con mayúsculas, de una experiencia sobresaliente que ha de representar el pilar de la promoción y que, sin duda alguna, es la primera de las opiniones que debemos tener en cuenta para aprender y mejorar.

 

Pero… Entonces… ¿Cómo llegamos a él? ¿Sabemos contarle lo que estamos haciendo? ¿Le hemos identificado? ¿Sabemos diseñar los mensajes adecuados para atraer su atención? ¿Somos conscientes de sus necesidades? ¿De lo que quiere? ¿De lo que necesita? ¿De cómo actúa? ¿De cómo viaja? ¿Con quién? ¿De cómo es su comportamiento…….? ¿De qué información le debemos hacer llegar?

Son muchas las interrogantes que debemos barajar a la hora de dar un paso al frente y determinar con claridad la estrategia de promoción y el público objetivo al que deseamos dirigirnos, son muchas las preguntas que debemos hacernos si realmente queremos dejar de ser uno más y sobresalir poniendo en valor lo que somos y hacemos, si de verdad queremos contar lo que se hace a diario, tanto en las empresas como en los territorios, si tenemos claro que el éxito, la diferenciación, la comercialización, el posicionamiento y la promoción pasa por diseñar y ejecutar estrategias inteligentes de comunicación que sólo en manos expertas han de tener su resultado, que sólo si se apoyan desde la base podrán lograr los objetivos marcados y que únicamente si se utilizan como un eje central de la actividad diaria, sin otro fin que no sea el de crear una marca sólida, fuerte y capaz de generar interés, serán rentables.

 

Por eso, desde estas líneas, una vez más, quiero apelar a la responsabilidad de aquellos que deben ser los gestores del enoturismo en España, para que realmente apuesten sin fisuras por profesionales, para que inviertan en ser los mejores de la mano de los mejores, para que, desde su posición, defiendan por encima de todo la calidad, la profesionalidad, la formación y a las personas y empresas que trabajan lealmente a favor de un sector, el del enoturismo, en todas sus vertientes, y que está falto de expertos conocedores de su realidad, y lleno de “estrellas” que con dos ideas, generalmente copiadas de otros, engañan, manipulan y le hacen un flaco favor a todos aquellos que amamos nuestra profesión, que aún mantenemos intacta la ilusión de hacer las cosas con cariño, con lealtad, con pasión, con implicación y con la responsabilidad de responder a la confianza que se ha depositado en nuestro trabajo, nuestras decisiones y nuestras actuaciones.

 

Porque este sector así lo demanda, porque este sector así lo necesita y porque este sector debe, de una vez por todas, al igual que el Turismo en general, darse cuenta de que haciendo las cosas bien, sólo haciendo las cosas bien y apostando por una línea de actuación clara donde no tiene cabida la picaresca, el dos por uno, las quitas temerarias o la negociación a la baja para ahorrar costes, lograremos que el enoturismo en España adquiera un valor de extraordinaria importancia, como así ya lo disfrutan algunos territorios, que nos ayude a seguir creciendo como país, como marca y como producto dinamizador del Turismo de Interior y que, tanto para nosotros, como para otros mercados emisores de medio mundo, sea una alternativa sólida y de calidad. ¿¿¿Un sueño imposible……???

direcciongeneral@rvedipress.com