Jorge Solana Aguado
Director de Enoturismo 360º
El enoturismo llegará a su máxima expresión dentro de pocos días ya que empezará la vendimia en muchas zonas de España. En ese momento, las bodegas, las cooperativas, los viticultores, los agricultores, en fin, todos los que trabajan en el mundo del vino, estarán pendientes de la recogida de la uva y a los que les gusta el enoturismo, también.
Para las bodegas es, quizás, uno de los momentos más complicados para recibir a visitantes, ya que sus instalaciones están ocupadas y muy preocupadas de otras labores como es recibir bien la uva, poderla mantener a la temperatura que se desea para el comienzo de la fermentación y producir el vino, el mejor vino, deseado.
Con este ambiente de fondo, cualquiera propone a los empresarios que ofrezcan visitas durante la época de la vendimia. Es cierto, parece poco cómodo para los que están trabajando, tener a algunas personas transitando cerca suyo, observando qué hacen, mostrando mucho interés por cómo se realiza el vino. Aquí está el secreto: el interés por como se hace el vino.
A lo largo del año, se les cuenta a los visitantes, cómo se elabora el vino, como las uvas se seleccionan a su llegada, como pasan por la despalilladora, como se remontan hasta los depósitos para su primera fermentación. Esto es lo que estarán haciendo las bodegas en breve, pero resulta, que cuando estamos en pleno proceso de elaboración y en el mejor momento para poder enseñarlo, no queremos tener a nadie remoloneando por allí.
Son muchos los enoturistas que intentan acercarse a las instalaciones de su marca preferida de vinos para poder ver como se elabora, pero se encuentran con problemas durante la vendimia. Esto no ocurre durante el año. Estamos perdiendo un cliente, estamos haciendo una mala campaña de fidelización.
Por el contrario, hay bodegas que ven una oportunidad de acercar a sus clientes al viñedo de forma total. No son pocas las cuadrillas de enoturistas que a lo largo de una breve y no demasiado dura jornada de mañana o de noche, hace las labores de recogida, de vendimia de una parcela determinada. Además, las bodegas se animan a producir vinos con esta vendimia tan particular, como premio a esos enoturistas. ¿No creen que estos comprarán sí o sí, ese vino? Es una producción casi vendida antes de ponerla en la botella.
El enoturismo en vendimia ofrece infinidad de posibilidades. Aquí hemos apuntado algunas, pocas, si quieren más, pregunten. Está claro que es el mejor momento para poder enseñar su particular forma de elaboración, fidelizar a sus clientes y conseguir atraer a nuevos a sus marcas, los mejores vinos que elabora. Hay que vendimiar a los enoturistas, no despacharlos.