Jesús Rojas | Madrid |
El ambicioso proyecto de la familia Golding en Arcos de la Frontera, una bodega a la que muchos se refieren como «la joya del sur» por la calidad y la singularidad de sus vinos, completa su gama con Iceni 2019, un tinto acorde con la tendencia de minimizar el tiempo en barrica en pro de conseguir la máxima expresión del terroir.
Como los otros dos vinos de Bodega Tesalia –Tesalia, su buque insignia, y ARX–, Iceni no responde a una composición varietal concreta sino a un estilo, por lo que cada añada se elaborará con las uvas de mayor concentración frutal de los viñedos que la bodega posee en la Sierra de Grazalema (Cádiz).
Iceni 2019, la primera añada en el mercado, es un coupage de Tintilla de Rota y Syrah, «muy versátil en la mesa e ideal para chatear que, pese a su juventud, mantiene su carácter durante tres o cuatro años».
La nueva apuesta de Bodega Tesalia presenta un color rojo cereza con ribetes amoratados y capa media. Su aroma es intenso a fruta fresca y
flores blancas y con el movimiento se atisban ligeras notas de cedro y pan tostado. En boca es sabroso, fresco, rico y
con abundante fruta roja y su paso, suave y elegante, deja un grato recuerdo.
Es un vino muy versátil, ya que puede acompañar cualquier comida de principio a fin o tomarse para chatear gracias a su excelente relación calidad-precio y a que «pese a su juventud, aguanta perfectamente hasta tres o cuatro años», explica Ignacio de Miguel.
Para su elaboración se seleccionan las parcelas con los racimos más frescos y frutales de la añada; en la primera, la 2019, se han escogido las variedades Tintilla de Rota (50 %) y Syrah (50 %), aunque en futuras se podrá incluir cualquiera de las cuatro variedades que se cultivan en la bodega (Petit Verdot y Cabernet Sauvignon, además de las ya mencionadas).
Las parcelas de las que procede Iceni se vendimian las primeras y se fermentan a menor temperatura; después, el vino se somete a un breve paso por barricas de roble francés (entre cinco y siete meses) que le aporta la complejidad justa sin enmascarar la identidad de terroir, dando como resultado un vino muy frutal, fresco, amable y expresivo.
El diseño de la botella y de su etiqueta es obra de Valentín Iglesias, creador de la imagen de todos los vinos de la bodega, y es continuista con las referencias a la mitología y al universo equino (un guiño a la segunda gran pasión de los propietarios) de Tesalia y ARX. Los iceni fueron una tribu britana que habitó Gran Bretaña entre los siglos I a.C. y el I d.C. Eran conocidos como «la gente del caballo» y cuando comenzaron a acuñar moneda, hacia el año 10 a.C., crearon una versión propia de la de los galos en la que el noble animal aparecía en el reverso. Esa imagen está representada en la cápsula de la botella. El centauro, logotipo de los vinos de Bodega Tesalia, también está presente
en la etiqueta.