Jesús Rojas | Madrid |
«Este año no habrá vino caliente en La Unión». Con esta afirmación tan rotunda, que equivale a decir que este año la ciudad de Vitoria-Gasteiz se queda sin una de sus tradiciones más aclamadas, Edurne Ibisate confirma lo que todos podían intuir dada la situación provocada por la crisis sanitaria del Covid-19.

Y es que la empresaria al frente de La Unión, que además es la gerente de la cerveza artesana Býra, no es capaz de recordar cuándo fue la última vez que la capital alavesa se quedó sin ese poteo vespertino a base de vino caliente que hay quien dice que en su momento, siglos atrás, también era muy popular consumir para despedir el año.

En sus 42 años, Edurne Ibisate no recuerda que esta tradición haya dejado de celebrarse nunca.

Esa tarde, la del 24 de diciembre, son muchos los vitorianos que se citan para tomar una ronda (o las que sean) antes de reunirse cada uno con sus familiares en casa. Es su forma de celebrar la Navidad, en cierto modo algo muy parecido a lo que ocurre en otros países centroeuropeos con el Gluhwein (vino especiado con anís, limón o clavo).

Y esto no solo ocurre en la capital vasca. De esta fiesta del vino caliente también participan otros municipios como Zambrana, Iruña de Oca, Alegría o Amurrio, que entendemos que este año tomarán medidas muy similares a las que ya han adoptado en La Unión (donde se viene celebrando desde 1910).

«Lo hacemos por responsabilidad, no podemos permitirnos ese lujo. Ese día son muchos los que se acercan a La Unión para celebrar la Nochebuena y tenemos que evitar esas aglomeraciones tan características. Para que te hagas una idea, el año pasado preparamos 700 litros y en tres horas ya se había acabado todo».

Esto demuestra que no hay quien se resista a ese vino tinto que ha estado infusionando durante un día con canela en rama y corteza de naranja, al que se le añade azúcar en el momento de ponerlo al fuego y que siempre se debe servir muy caliente pero justo antes de que empiece a cocer.

A falta de vino caliente, bienvenido sea «El Abuelo»

Si hay algo que siempre ha ido unido a esta cita anual es su carácter solidario, a pesar de que ese día, según nos cuenta Edurne, «los bares no cobran nada, es el cliente el que da la voluntad».

Pues bien, la buena noticia es que este año, a pesar de que el vino caliente brillará por su ausencia en La Unión, la solidaridad estará tan presente como años atrás. Y eso es así gracias a esa cerveza rubia que han creado desde Býra, que se puede ir a degustar cualquier día de la semana en el horario habitual del bar y que responde al nombre de «El Abuelo».

Se llama así en homenaje a a ese muñeco que se asoma al balcón cada vez que la ciudad acoge un evento importante. Por eso estos días  «El Abuelo» se mimetiza con el ambiente navideño hasta convertirse en el mismísimo Olentzero, del mismo modo que saca a relucir su indumentaria más deportiva coincidiendo con la Triatlón o se deja crecer las greñas con motivo del Azkena Rock Festival.

«¿Quién mejor que él para ser la imagen de esta cerveza solidaria?», matiza Edurne Ibisate, que no pierde su sonrisa a pesar de la desalentadora situación que está viviendo la hostelería en Vitoria-Gasteiz.

Por cierto, en esta ocasión, «todo lo recaudado irá destinado a Saporeak, una asociación sin ánimo de lucro que lucha por dar una vida digna a los refugiados que entran por Lesbos (Grecia), que son quienes peor lo están pasando con esta situación».