Jesús Rojas | Madrid |
Nivarius, parte de Palacios Vinos de Finca, presenta Edición Limitada 2017, un vino que combina el pasado y el futuro de Rioja en forma líquida. Hablamos con Raúl Tamayo, enólogo de la bodega, de este blanco opulento, estructurado y con mucha expresión mineral.
Bodegas Nivarius es una bodega pionera, dedicada a la elaboración de vinos blancos con variedades tradicionales de Rioja y a la recuperación de variedades autóctonas, como la maturana blanca.
Al hablar de Nivarius Edición Limitada 2017 estamos hablando del pasado y futuro de Rioja, a lo que Raúl Tamayo añade que se trata de «un guiño a la Rioja clásica, buscando los terruños con una mayor personalidad y teniendo muy presente el respeto en la vinificación, intentando siempre ser poco invasivos con el trabajo en bodega». Si entramos un poco más en detalle lo que nos encontramos es un blanco que se elabora a partir de viura, variedad tradicional riojana, procedente de viñas viejas (entre 50 y 80 años) de las laderas de Moncalvillo y Alto Najerilla, y maturana blanca, variedad autóctona recuperada en Rioja en los últimos años.
Conviene recordar que la maturana desapareció tras la filoxera y que un proyecto de investigación de la Universidad de La Rioja inicio su recuperación en 1997. En la actualidad, con algo más de 130 hectáreas plantadas, esta variedad ocupa un 1,9 % del total de la extensión de viñedo de uva blanca de Rioja y se va utilizando cada vez en más vinos blancos, asegurando así un futuro brillante para la variedad.
Para Tamayo, la influencia del Alto Najerilla en Nivarius Edición Limitada 2017 también es algo fundamental porque «es un reservorio de viñedos viejos con unas condiciones climáticas beneficiosas que han conseguido mantenerse, algo que no ocurre en otras zonas en las que se ha apostado más por nuevas plantaciones·. A lo que añade: «eso es lo que ha marcado nuestra filosofía y nuestra forma de trabajar».
La finca Las Arcas, de Nalda, situada a 800 metros de altitud, es el origen de la maturana que forma parte de Edición Limitada, un vino poderoso que fermenta en toneles de roble francés y se cría sobre sus lías, también en toneles, durante nueve meses.
No es de extrañar que el MW Tim Atkin haya sucumbido a los encantos de las referencias elaboradas por esta bodega con tanta personalidad, llegando a afirmar que «es genial ver cómo van cogiendo fuerza este tipo de vinos”, en referencia a esos blancos riojanos que están en plena efervescencia y que reivindican una mirada a la tradición de la zona y a sus viñas viejas de viura o garnacha blanca, al tiempo que ponen también la vista en el futuro de variedades como la maturana blanca o la tempranillo blanco.
A este respecto, el enólogo de Nivarius subraya además que «nuestra apuesta por las variedades autóctonas es muy clara, intentamos extraer la identidad de las zonas y los terruños que trabajamos con elaboraciones acordes a cada una de estas zonas de Rioja».
Sobre Nivarius
Nivarius se fundó con la vocación de ser la única bodega dedicada a los vinos blancos en una Rioja conocida por sus tintos. Se provee de variedades locales riojanas, como viura, maturana blanca, garnacha blanca y tempranillo blanco, situadas en fincas cercanas a la Sierra de la Demanda; la mayor parte de ellas se encuentran a altitudes de 700 u 800 metros de altitud y se benefician de un clima extremo que favorece las maduraciones lentas, el equilibrio y la frescura de los vinos.
Sobre Palacios Vinos de Finca
Palacios Vinos de Finca es un trío de bodegas compuesto por Nivarius y Proelio, en la DOCa Rioja, y por Trus en Ribera del Duero. Fundado y comandado por el empresario Javier Palacios, natural de Albelda. Las bodegas comparten una misma filosofía, la obsesión por preservar territorios singulares de sus respectivas regiones y elaborar vinos procedentes de estos terruños que hablen de su origen al servirlos en la copa y sean entendibles, bebibles y conectados con el terreno. En PVF se buscan vinos sin excesos ni maquillajes, solamente la interpretación de los mejores terruños de la propiedad, tal como expresa el asesor de PVF, Alberto Antonini: “Buscamos la textura, la combinación mágica de tierra, clima y variedad que arroja finura, energía y vitalidad en nuestros vinos”. Para conseguir este objetivo, PVF realiza un constante trabajo de investigación y análisis de los suelos de sus fincas y adapta la viticultura a sus condiciones, con el objetivo de conseguir vinos con un perfil muy determinado. Escaneo de suelos, mapas de conductividad o capacidad de retención de los terrenos son parámetros que se utilizan en la bodega para definir con exactitud los suelos y definir sus aptitudes vitivinícolas en función de las cepas que se encuentran en estos viñedos. Es el suelo el que marca la pauta que definirá después los vinos y sobre el que se construye la vitivinicultura de PVF, buscando su máxima expresión. Terroir en estado puro.