Jesús Rojas | Madrid |
De un tiempo a esta parte son varias las bodegas que incluyen dentro de su oferta enoturística la posibilidad de vendimiar. De esta forma, el visitante puede vivir en primera persona lo que cada año hacen multitud de vendimiadores en estas fechas.
Poder visitar una bodega durante la vendimia se ha convertido en uno de los grandes atractivos para los enoturistas en nuestro país.
Probablemente hace unos años nos hubiera parecido impensable, pero cada vez es más normal encontrar este tipo de experiencias dentro de la amplia oferta de posibilidades que ofrecen las bodegas españolas en la actualidad. La vendimia, actividad que se suele llevar a cabo entre mediados de agosto y mediados de octubre, se ha convertido en uno de los grandes atractivos para los enoturistas que eligen estas fechas para satisfacer una de sus grandes pasiones.
Es el caso de Bodegas Nodus (Finca El Renegado en Caudete de las Fuentes), que estos días propone al visitante realizar estas tareas de una forma amena y divertida. Y no es la única, ya que cada vez son las bodegas que se dan cuenta de que en la actualidad son muchos los amantes del vino que desean conocer los secretos del arte de la vendimia de primera mano: desde la recolección de la uva hasta la cata de los vinos de la bodega.
Cuando uno se quiere dar cuenta se encuentra rodeado de pinares, en un enclave que obliga a la desconexión llevando a cabo una labor que en el II milenio a. C. y, de hecho, en bodegas como Lecea, aprovechan el pisado de la uva para hacer una fiesta por todo lo alto. Un encuentro único y muy especial que en las últimas ediciones se está viendo obligado a adaptarse a un formato online para evitar esas aglomeraciones tan habituales a finales de octubre en el barrio de las Cuevas de San Asensio.
Y estos son solo un par de ejemplos de los muchos que podemos encontrar a lo largo y ancho del país. Algunas bodegas, como Javier Sanz Viticultor (La Seca), te ofrecen incluso la posibilidad de llevarte a casa de catar los frutos recién recolectados y llevártelos a casa, después -eso sí- de haber visitado viñedo y de haber realizado la recogida de la uva. Que de eso no se libra nadie.
Otras nuevas experiencias enoturísticas
Esto de vendimiar como actividad lúdica es una de las propuestas enoturísticas que más pueden llamar la atención, pero también hay otras muy novedosas que están contribuyendo a que el sector del enoturismo pueda estar reinventándose constantemente y adaptándose a las necesidades del visitante.
Desde montar en kayak o realizar travesías a lomos de un caballo hasta realizar un pícnic familiar con vistas al viñedo, rutas en remolque por las viñas o buscar oro en el cauce del río leonés Jamuz al estilo de un bateador antiguo.
Todas ellas vienen a hacer aun más atractivo el enoturismo, un sector que encuentra en el otoño a su mejor aliado y que seguro nos va a seguir sorprendiendo con en los próximos meses.