Jesús Rojas | Madrid |
Así es. No hemos terminado de despedir la Navidad cuando ya hay quien está pensando en el 14 de Febrero. Es el caso de la bodega lanzaroteña El Grifo, que desde 1775 vienen demostrando que, con pasión, determinación y confianza, se pueden salvar las barreras del llamado ‘viñedo de lo imposible’.
Estos valores son los que mejor definen a la bodega más antigua de Canarias, algo que además se aprecia en cualquiera de sus vinos. Por ello, elegirlos para brindar por el amor el día de San Valentín es un acierto seguro.
A continuación, las propuestas de la bodega de Lanzarote asociada a la figura del gran artista local César Manrique:
Vijariego: Elaborado con una uva ciertamente peculiar, escasísima y con unas particularidades que dificultan su cultivo. Su aroma es muy complejo, con recuerdos a menta, pimienta y hierbas aromáticas como manzanilla y mostaza. Destaca su marcado carácter varietal. La entrada es sedosa, fresca y equilibrada, demuestra cierta untuosidad en boca que aporta personalidad y largura.
Rosado de Lágrima: Las primeras lágrimas que brotan de las uvas de Listán Negro se convierten en este vino que derrocha frescura. De color frambuesa pálido, limpio y transparente, es joven y con aromas y recuerdos de frambuesa y casis. En boca, tiene buen volumen, es untuoso y bien equilibrado, con final elegante y muy fresco.
Ariana: Excepcional resultado de la crianza de la uva Listán Negro, variedad autóctona de las Islas Canarias. Es un coupage de Listán Negro (60-70%), que aporta el carácter atlántico, fresco, vivo y original, y de Syrah (30-40%), que proporciona la estructura necesaria para su maduración en barricas. Destacan frutos rojos como el casis o la frambuesa y los toques torrefactos de tofe o caramelo. Su entrada resulta golosa, es fresco y equilibrado, con taninos maduros que alargan su recorrido.
Moscatel de Ana Brito: Una verdadera joya y rareza. Natural y elaborado con uvas Moscatel de Alejandría que proceden de las cepas más antiguas de la finca, anteriores a 1950 y algunas que datan del siglo XIX. Llama la atención su color, ámbar brillante con reflejos de caramelo, limpio y brillante. El aroma es complejo dado que se aprecian notas oxidativas de la larga crianza en barrica. En boca se perciben notas de fruta confitada, frutos secos y hierbas aromáticas procedentes del varietal.