Jesús Rojas | Madrid |
Con Esencia, el nuevo vino de Matarromera, la bodega vallisoletana quiere compartir los mejores éxitos sobre los que se asienta su pasado. Y lo hace recurriendo a añadas como las de 1994, 1995 o 1996, que se funden en este vino para expresar la genialidad, longevidad y sabiduría de sus viñedos.

Esta colección numerada limitada a 3.989 botellas se presenta en un estuche especial y ya está a a la venta en vinotecas, tiendas gourmets y en la tienda online de Matarromera.

Al echar la vista atrás, cabe destacar que la de 1994, además de ser la primera elaboración de la casa, obtuvo la Gran Medalla de Oro en la International Wine Competition celebrada en Turquía. De la de 1995, por su parte, salió el vino que logró el Gran Bacchus de Oro del mundo. Y, por último, la de 1996, una añada sobresaliente para la bodega y que fue calificada como excelente por el Consejo Regulador.

Pues bien, estas tres añadas se funden para expresar la genialidad, longevidad y sabiduría de los viñedos de Matarromera situados en Olivares y Valbuena de Duero, dos de las zonas más exclusivas de la Ribera del Duero para el cultivo de la variedad tempranillo.

La capacidad de guarda de sus vinos alcanzan con Esencia su máxima expresión. El resultado es un vino con aromas propios del paso del tiempo pero que, a la vez, mantiene intacta la fruta de su tempranillo de terruño calizo del Valle del Duero. En boca, destaca su finura, con excelente complejidad de sabores y sorprendente frescura, con un final largo y sedoso.