Jesús Rojas | Madrid |
Estos albergues permitirán el cobijo de insectos y arácnidos beneficiosos, una defensa fitosanitaria que se caracteriza por ser muy selectiva y respetuosa con el medio ambiente.
Las instalaciones, que el grupo bodeguero irá situando de forma progresiva en sus viñas, influirán de forma decisiva en el cuidado de las cepas. Según Roberto Frías, Director de la Sección Agrícola de La Rioja Alta, “nos ayudarán a realizar una defensa fitosanitaria muy selectiva y, sobre todo, muy respetuosa con el medio ambiente, así como a incrementar la biodiversidad de nuestros viñedos”.
Y es que, según el propio Frías, “hay especies, como las mariquitas, que son indicadores de una buena calidad ambiental en las viñas y debemos preservarlas asegurando su proliferación, ya que, sobre todo en su estado juvenil de larva, depredan con voracidad extrema pulgones, ácaros y cochinillas, la mayoría de ellos perjudiciales para el viñedo y otros cultivos”.
A esto habría que añadir que “otras especies interesantes a las que pretendemos favorecer son tijeretas, arácnidos, crisopas y avispillas que pueden depredar sobre trips (tisanópteros), ácaros, polilla del racimo y piral”. Auténticos “insecticidas biológicos” que ayudarán a esta bodega a continuar limitando al máximo el uso de productos químicos, uno de los principales objetivos que persigue desde hace décadas La Rioja Alta.
El Grupo La Rioja Alta tiene su origen en la bodega del mismo nombre fundada en 1890 en el Barrio de la Estación de Haro (La Rioja) y es uno de los grandes productores de vinos de calidad de nuestro país.
La iniciativa, que afectará a las casi 700 hectáreas de viñedos plantados que actualmente se distribuyen entre sus cuatro bodegas, se incorpora a la amplia batería de medidas medioambientales que el grupo bodeguero lleva tiempo implementando mediante viticultura integrada.
En este sentido habría que resaltar su apuesta por energías limpias como la solar, la eólica o la biomasa, la reutilización del agua de las bodegas, la decisión de destinar 16 hectáreas de viñedos a la viticultura 100% ecológica o el empleo de alternativas biotecnológicas para el control de plagas.