Vilafranca del Penedès, una de las capitales del vino catalanas, es uno de los cinco municipios que integran el proyecto Miravinya; una ruta en coche para descubrir toda la esencia de esta comarca en la que ya en el siglo VII antes de Cristo se cultivaba la vid.
La Silla, en Torrelavit; La Bardera, en Subirats; El Zarzillo, en Avinyonet; Sant Pau, en Vilafranca; y el Balcón del Penedès, en Font-Rubí, son los cinco majestuosos miradores desde los que contemplar la grandeza de la comarca que acoge la segunda Ruta del Vino más visitada de España, según ACEVÍN.
No hay mejor manera de admirar un paisaje en toda su magnitud que desde un mirador. Bajo esta premisa, Enoturismo Penedès se planteó el ambicioso proyecto de crear una ruta que permitiera al visitante descubrir e inhalar toda la esencia que destila esta comarca barcelonesa marcada históricamente por el cultivo de la vid, como da fe el yacimiento ibérico de La Font de la Canya, a pocos kilómetros de Vilafranca del Penedès, la Capital del Vino catalana.
Íberos, Fenicios, griegos y romanos fueron sembrando el Penedès de viñedos. Un majestuoso manto verde integrado por hileras de cepas perfectamente alineadas que arropan los municipios de la comarca. Y para contemplarlo desde diferentes perspectivas se gestó Miravinya. Integrada por cinco miradores, esta ruta en coche es un viaje por la geografía, naturaleza, cultura e historia del Penedès. Además, una App para dispositivos móviles sirve de audioguía para tener información sobre cada uno de los paisajes.
El primer y más curioso de los miradores es La Silla, en el municipio de Torrelavit. En la pequeña colina de la Malgranada, una gigantesca silla señaliza el lugar desde donde interpretar la naturaleza con una panorámica de 360º. Desde allí puede visitarse el río Mediona, en Sant Quintí, una zona con fuentes y canales; los Molinos papeleros y la ermita de Sant Benet d’Espiells, románica del siglo X.
La ruta Miravinya, pensada para hacerse en coche, permite explorar los paisajes vitivinícolas de la comarca, con una App que sirve de audioguía
A 42 kilómetros se halla el segundo mirador, La Bardera, junto a la histórica masía del mismo nombre, del siglo XIV, una de las más antiguas del pueblo de Subirats y frente a una extensa vista del Penedès. Destacan en la zona las modernistas casas de veraneo de Gelida, donde la burguesía de la época tenía su segunda residencia, y el casco antiguo del propio Subirats, con la iglesia románica de Sant Joan de Sesrovires y un palacio fortificado gótico-renacentista.
Nuevamente en ruta, y tras 11,5 kilómetros, llegaremos al mirador de El Zarcillo, elevado sobre les Gunyoles de Avinyonet del Penedès. En esta zona, además de viñedos destacan los melocotoneros del Ordal, cuya producción se inició hace dos milenios. También puede visitarse el monasterio de Sant Sebastià dels Gorgs, fiel testimonio de la prosperidad agraria vinculada a los diezmos que generaba el campo.