Jesús Rojas | Madrid |
Siempre es buen momento para dejarse embriagar por la sabiduría de Sergio Ávila, enólogo de Cruz de Alba, bodega boutique que estos días lanza Lucero. Así que aprovechamos para conocer de primera mano cómo están aplicando la biodinámica y la agrohomeopatía a sus viñedos, ubicados en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero (Finca Los Hoyales).
Para este ingeniero agrómomo, la enología es una forma de vivir y de sentir, por eso basa su trabajo en la observación, en el diálogo con la naturaleza y en el respeto a los ciclos vitales, lo que le permite interpretar las necesidades puntuales de la tierra y darle justo lo que demanda.
A los pocos minutos de conversación ya empiezan a salir nombres como los de Rudolf Steiner o Samuel Hahnemann y conceptos como la radioestesia o la kinesiología. “Así es como pasé de ser un dominador de la naturaleza a empezar a hablar con las plantas. Descubrir la biodinámica tuvo un impacto directo en mis viñedos”.
“Nos gusta diseñar los vinos desde su nacimiento, desde que comienza la poda en el campo”
Una historia fascinante la de este enólogo que empezó a trabajar con la homeopatía en el campo allá por 2003 y que hoy sigue más convencido que nunca de que eso ha tenido una incidencia notable en ese derroche de personalidad que tienen sus vinos y en el color y el brillo que desprenden sus viñedos en Quintanilla de Onésimo (Valladolid).
A pesar de ello, Sergio no tiene ningún interés en convencer a nadir de las bondades de estas técnicas. “No las defiendo a capa y espada, no soy ningún mesías. Yo hago las cosas así y me funcionan, pero no voy intentando a convencer a nadie de que haga lo mismo”. Lo que es indudable es que muchos de los que le veían “como un zumbado que iba por el campo con la boina” ahora se acercan a preguntarle por el viñedo “tras comprobar que no se me ha muerto”.
“A nivel agronómico se echa en falta algo de paciencia, respeto y entendimiento, no es nada recomendable pensar exclusivamente en el rendimiento económico”
En cuanto al papel del hombre en todo esto, Sergio también lo tiene muy claro: “El ser humano no es tan imprescindible como nos creemos. Si ahora mismo abandonásemos todos los viñedos que hay en España, seguramente más del 90% seguirían vegetando por sí solos”. Y esto le lleva incluso a huir de la palabra dominio: “Yo no domino a la viña, es un ser vivo que vegeta y vive por sí mismo. Nosotros tenemos que posicionarnos como meros tutores de la naturaleza”.
Esto nos lleva a pensar en que hace dos siglos no existían los productos fitosanitarios de los que disponemos ahora mismo, pero la gente se las tenía que ingeniar igualmente para luchar con las plagas que había en ese momento en manzanos o en cereales. Y lo que hacían no dista en exceso de lo que hace hoy Sergio Ávila en su viñedo: “Al final la agrohomeopatía, a grandes rasgos, no es algo tan diferente de lo que hacía mi abuelo. No deja de ser una recopilación de conocimientos populares y remedios caseros que funcionan”.
Lucero, un vino de elaboración tradicional muy versátil
Sabiendo del amor que sienten en la bodega boutique Cruz de Alba por la astronomía y la astrología, no es de extrañar que su nuevo lanzamiento responda al nombre de Lucero. Un vino de media crianza que, como viene siendo costumbre, estará disponible exclusivamente para el sector de la hostelería, además de en algunas tiendas especializadas.
La añada 2018 de este Tempranillo 100% únicamente cuenta con 25.000 unidades, un número de botellas que responde al concepto de bodega boutique que apuesta por la creación de vinos únicos y singulares, elaborados de manera artesanal.
Envejecido 6 meses en barricas de roble francés, es un vino elegante, afrutado, fresco y sabroso. Lo que lo convierte en el mejor aliado para esos maridajes de verano en los que nunca faltan los gazpachos, de sandía o de cereza, los tartares, tanto de salmón como de carne, o incluso con frituras o encurtidos.
Así se presenta el hermano pequeño de la bodega ribereña, propiedad de Zamora Company, que ya ha dado que hablar con otros vinos que ya están consolidados como Cruz de Alba Crianza, Cruz de Alba Reserva o el vino de autor Finca Los Hoyales.