Jesús Rojas | Madrid |
El presidente de la DO Cava, Javier Pagés, sostiene que las medidas aprobadas en el pleno celebrado la semana pasada “persiguen contribuir a mitigar la situación de gran desequilibrio entre la oferta y la demanda». A pesar de ello, se muestra convencido de que «una vez más el sector saldrá fortalecido de la crisis si somos capaces de trabajar con rigor y control y, sobre todo, desde la unidad”.
Este pleno de la DO Cava se ha celebrado mediante una sesión telemática en la que se han acordado una serie de medidas de calado histórico con las que afrontar los excedentes de vino base y uvas que tensionan el mercado, además de intentar dar respuesta a las dificultades adicionales que suponen para este sector los graves efectos originados por la pandemia COVID-19.
Ahora serán 10.000 kilos de uva por hectárea (antes eran 12.000) los que podrán cosecharse durante la próxima vendimia.
A este respecto, Javier Pagés considera que su obligación “es intentar revertir la situación, ya que sería irresponsable seguir incrementando la producción”. No obstante, lo que más puede llamar la atención de la decisión es que nunca antes se habían adoptado unas restricciones productivas tan a la baja.
Estas nuevas normas irán acompañadas de un incremento del número de verificadores, tanto para el control a pie de viña como en bodega, siempre con el fin de dar la máxima garantía al consumidor.
Por último, se confirma que habrá una nueva convocatoria de un nuevo pleno antes de la llegada de las vacaciones de verano y de forma presencial. En esta ocasión, el objetivo es aprobar la nueva zonificación y segmentación de la DO Cava, cambios normativos que en cualquier caso no serían efectivos hasta la vendimia de 2021.