Hace unas semana en una apasionada charla entre amigos y hablando como no podía ser de otra de otra forma de vinos, uno de ellos detallaba: “estuvimos realizando una visita con los responsables de Bodegas y Viñedos Veredes y, aparte, de lo maravilloso del momento, pudimos descubrir qué atractivo es el mundo del vino”.
Detrás de esta afirmación tan rotunda se esconde un poco más de la conversación en la que matizaba como les habían contado “cómo ellos aplican en sus elaboraciones las señas de identidad de los más reputados “vinos de garaje”, se trata de un vino muy cuidado en todo el proceso de elaboración cuyo objetivo es conseguir la mayor calidad”.
La producción artesanal está limitada y se elabora en sitios minúsculos (del tamaño de un garaje, por ejemplo), con escasa maquinaria y a partir de uvas seleccionadas procedentes de un viñedo muy mimado. Para algunas producciones de este tipo “es recomendable que los vinos procedan de cepas viejas, entre 25 y 40 años de edad” especificaban.
La idea que subyace detrás de un vino de garaje es que no es necesario tener unas grandes instalaciones para elaborar un vino único y lleno de personalidad, sino que con medios modestos, conocimientos y cuidado se puede crear “arte”. Pasión y entusiasmo son dos palabras que se encuentran muy próximas al trabajo diario necesario para crear un gran vino.
Veredes 2013 se trata de un tipo de vino que recoge muchas de las características que resume esa charla con los responsables de la bodega. Se trata de un vino concentrado, equilibrado, fino y elegante.