Jesús Rojas | Madrid |
Coincidiendo con el lanzamiento de una nueva “Selección Thyssen”, hablamos con Manuel Hevia, Director General de Vinoselección, acerca de los detalles de esta nueva colaboración con la que vuelven a apostar el carácter universal de nuestro vino y nuestro arte.

“Hemos intentado mantener la misma filosofía que el año pasado y poner de manifiesto el carácter atemporal de esta acción, ofreciendo un producto que une vino y arte a través de seis grandes bodegas que queríamos que fueran distintas a las de la primera edición”. Se refiere al exclusivo estuche que acaba de ver la luz y que incluye seis tintos pertenecientes a algunas de las marcas bodegueras más prestigiosas de nuestro país: Rodero, Marqués de Riscal, Muga, Protos, Bodegas Bilbaínas y Emilio Moro.

“Son obras maestras, son grandes vinos y grandes bodegas. Hemos ido a por añadas muy especiales intentando alcanzar el más alto nivel”.

Cada una de sus etiquetas reproduce una obra maestra universal perteneciente a la colección Thyssen-Bornemisza, una especie de homenaje al vínculo inmemorial entre la enología y el arte que ya tuvo una excelente acogida en su primera edición y que ahora viene a rescatar obras de Franz Marc, Vincent van Gogh, Paul Gauguin, Domenico Ghirlandaio, Claude Monet y Paul Klee.

En esta ocasión, el primer y mayor club de vinos de España, en colaboración con la pinacoteca madrileña, ha insistido en que sean los bodegueros quienes tengan la última palabra: “Nosotros hacemos una preselección dentro de los más de 800 cuadros del Thyssen, a los que habría que sumar los de la colección personal de Tita Cervera, pero son ellos quienes eligen el que mejor les representa”, matiza el Director General de Vinoselección.

Es la recompensa que reciben al realizar “un esfuerzo muy importante para poder formar parte de la colección”, sobre todo si tenemos en cuenta el momento tan particular que atraviesan tanto el mundo del vino como el del arte. “En nuestro caso particular, al cerrar HORECA hemos perdido un canal de difusión muy importante, tanto los hoteles como los restaurantes o las cafeterías son embajadores del vino”.

Nos lo comenta Manuel Hevia, que también es muy consciente de que el mundo de la cultura tampoco está pasando por sus mejores momentos: “Esos 85 millones de turistas que este año han dejado de venir a España también ejercían de embajadores del vino español cuando volvían a sus países”. No obstante, están convencidos de que saldrán reforzados de esta situación que nos está tocando vivir a todos y es optimista con respecto al futuro.

“Vino y arte han coincidido en contadas ocasiones, pero nosotros queríamos hacer algo diferente yendo de la mano con el Museo Thyssen y ofreciendo una experiencia que fuera más allá de una simple botella de vino”.

Pronto llegamos a la conclusión de que, a través de iniciativas como la que nos ocupa, es fácil apreciar el carácter universal de ambas disciplinas en España, de la enología y de la pintura. Sobre la primera, Manuel Hevia señala que “nuestros vinos son universales porque tienen una presencia global, pero creo que no es acorde a su potencial de calidad”. A lo que añade: “Creo que nuestro vino debería tener un mejor posicionamiento internacional, más allá de que nos valoren por tener una excelente relación calidad-precio. En España hay grandes vinos capaces de competir con vinos de otros países, tenemos uvas particulares como la Tempranillo, terroirs únicos,…”.

Esto nos  confirma que aún quedan cosas por hacer en temas de divulgación también dentro de nuestras fronteras: “Yo creo que uno de los grandes retos que tiene el vino por delante es el de acercarse a la gente. Por ejemplo, que las bodegas se hayan convertido en destinos turísticos es dar un salto cualitativo para acercar el vino”. Y de nuevo, confirmamos que existe otra analogía con el mundo del arte: “Vino y arte forman un tándem perfecto, por eso fue tan fácil entenderse con ellos, porque ambos teníamos clarísimo que de esta unión saldría un proyecto muy interesante y que podría llegar a mucha gente”, nos comenta Manuel Hevia antes de despedirnos.

Los seis grandes vinos que incluye la edición 2020 de Selección Thyssen y las obras de la colección permanente de museo elegidas son:

Carmelo Rodero Reserva 2016 (Bodegas Rodero, D.O. Ribera del Duero): Es una de las bodegas más destacadas de la Ribera del Duero y el proyecto personal de Carmelo Rodero, hijo y nieto de viticultores. La etiqueta que viste a este Reserva 2016, un coupage de Tempranillo y Cabernet Sauvignon con crianza de 21 meses en roble francés nuevo, es “El Sueño (1912)”, del expresionista alemán Franz Marc. Una obra poética caracterizara por personajes oníricos, líneas dinámicas y una paleta de colores simbólicos.

Herederos del Marqués de Riscal XR Reserva 2016 (Bodega Herederos del Marqués de Riscal,  D.O.Ca. Rioja): Con 162 años de historia y en constante evolución, Marqués de Riscal es una de las bodegas más reconocidas del mundo. Este vino es un espectacular ensamblaje de Tempranillo (95 %) con un toque de Graciano (5 %) y una larga crianza de 24 meses en barrica americana. Su etiqueta luce un detalle de “Los descargadores en Arlés (1888)”, de Vincent van Gogh: una vista de las aguas del Ródano inmortalizada por las pinceladas gruesas y los fuertes contrastes de color del genio postimpresionista neerlandés.

Muga Reserva 2016 (Bodegas Muga, D.O.Ca. Rioja): La bodega familiar ubicada en Haro firma algunos de los mejores tintos del país, con los que ponen de manifiesto su dominio de la crianza en roble. La etiqueta de Muga Reserva 2016 –un rioja elegante y complejo, diseñado con Tempranillo y Graciano, envejecido 24 meses en barricas de roble americano– representa el óleo “Calle de Ruán (1884)”, de Paul Gauguin. Se trata de un ambicioso paisaje en estilo impresionista, con una estudiada perspectiva y pinceladas discontinuas.

Protos Reserva 2014 (Bodegas Protos, D.O. Ribera del Duero): Se trata de la primera bodega de Ribera del Duero –a excepción de Vega Sicilia–, ya que fue fundada en 1927. Nos presenta un tinto reserva elaborado con Tinta del País (Tempranillo) de parcelas de viñedos muy viejos, de más de 50 años, y criado 18 meses en barrica. Se viste para la ocasión con la obra sobre tabla “Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni (1489-1490)”, del artista Domenico Ghirlandaio, célebre ejemplo del género del retrato en el Quattrocento florentino: un perfil idealizado e inexpresivo que remite a la Antigüedad Clásica.

Viña Pomal Gran Reserva 2014 (Bodegas Bilbaínas, D.O.Ca. Rioja): Bodegas Bilbaínas (1901) está situada en el célebre barrio de la Estación de Haro, cuna de algunos de los mejores vinos del país, y Viña Pomal es su buque insignia. Un vino elaborado con las variedades Tempranillo (90 %) y Graciano (10 %) y madurado 24 meses en barricas de roble americano. Su etiqueta para “Selección Thyssen” reproduce un detalle de la pintura impresionista “El deshielo en Vétheuil (1880)”, de Claude Monet. Con pinceladas sueltas y rápidas y una paleta de colores reducida, la imagen nos transporta a la austeridad y la melancolía del paisaje invernal.

Emilio Moro 2018 (Bodegas Emilio Moro, D.O. Ribera del Duero): Emilio Moro se ha convertido en un referente para las bodegas españolas, combinando como pocas el respeto por la tradición vinícola con la innovación. Sus vinos de terroir han creado tendencia en Ribera del Duero. Emilio Moro 2018 es un monovarietal de Tinto Fino, elegante y de fuerte personalidad, que expresa toda la riqueza de los suelos que lo han visto nacer. Para decorar la etiqueta, se ha elegido “Bodegón con dado (1923)”, de Paul Klee: una naturaleza muerta abstracta que revela el interés del artista por las teorías del color en combinación con las notas musicales.