Jesús Rojas | Madrid |
2020 también trae buenas noticias. En este caso, para la Denominación de Origen Terra Alta, que ha cerrado la vendimia de este año con un incremento en la producción del 6,5% respecto al año pasado, alcanzando los casi 38 millones de kilos de uva con un estado fitosanitario excelente.
La suma de las diferentes garnachas representa el 52% del total de la producción. A destacar la garnacha blanca, emblema de la D.O., que con algo más de 10 millones de kilos supone el 27% del total de la vendimia y el 50% del total de kilos de uva blanca.
Y eso que durante la primavera todo apuntaba a que sería un año complicado a consecuencia de la afectación por mildiu. Pero, afortunadamente, el cierzo, uno de los dos vientos dominantes en la comarca de la Terra Alta junto con la garbinada, ha ayudado a secar completamente la uva, las hojas y la cepa. De esta forma, se han minimizado los daños de este hongo, evitando el uso de tratamientos fitosanitarios extra por parte de los viticultores y favoreciendo que la mayor parte de las parcelas vitivinícolas hayan tenido más producción que en la pasada campaña.
Este aumento de la producción es debido también a la gran cantidad de lluvias que cayeron durante la primavera y que contrastan con la grave sequía que sufrió la comarca el año pasado. Las cantidades de lluvia recogidas en la Terra Alta este año superan con creces la media de los últimos años en el territorio, lo que ha ayudado a las viñas a vegetar con mucha más fuerza, con una uva que no sufrido el estrés hídrico habitual que hace que pierda parte de su peso.
Entrando en materia, destacar que las variedades blancas, con cerca de 20 millones y medio de kilos, representan el 54% del total frente a las tintas, que se sitúan en los 17 millones y medio. Entre las variedades tintas, donde destaca también la garnacha, hablamos de 8 millones y medio de kilos, seguida de la syrah, con cerca de 3 millones, y la cariñena, alrededor de los 2 millones. En las variedades blancas, después de la garnacha blanca destacan el macabeo, con un poco más de 6 millones y medio, y la parellada, ligeramente por encima del millón de kilos vendimiados.
Respecto al morenillo, variedad de reciente aprobación por parte del Ministerio de Agricultura, pese a que aún no cuenta con una producción muy alta, hay que destacar que parte de los viticultores ya han modificado la variedad en el Registro Vitivinícola de Catalunya, y la producción ha pasado de los 4.840 kilos de la cosecha 2019 a los 47.299 kilos de este año, un porcentaje muy positivo que se prevé que vaya notablemente en aumento a lo largo de los próximos años.